martes, junio 21, 2005

Siempre lo mismo

Fue diseñado para agilizar el tráfico, pero no lo cumplió; prometía realizar el recorrido entre Indios Verdes y San Ángel en una hora, pero le tomó casi el doble.

El primer día hábil del Metrobús transcurrió en medio de usuarios y conductores molestos, al menos nueve unidades averiadas, tres estaciones sin servicio y esperas superiores a 20 minutos cuando lo previsto eran dos.

El proyecto prometía desahogar Insurgentes con la salida de microbuses y camiones, así como ofrecer un transporte eficiente que recorrería de norte a sur esa arteria en una hora, pero este lunes las nuevas unidades cubrieron el trayecto hasta en una hora 45 minutos.

Desde las 5:00 hasta las 21:00 horas el caos vial fue una constante a lo largo de toda la vía, entorpecida lo mismo por la imprudencia de los conductores particulares que invadían el carril del Metrobús, como por los autobuses descompuestos.

"En la Glorieta Insurgentes las estaciones están llenas de gente que quiere ir a San Ángel, pero no hay autobuses. ¿Qué pasa?", preguntaba un supervisor en el servicio de radiocomunicación del Metrobús, a las 9:50 horas.

"Estamos sufriendo mucho, pero estamos aprendiendo", dijo.

En al menos tres de los incidentes hubo necesidad de hacer cierres parciales en los carriles confinados de la avenida para repararlos en campo o bien desalojar a los usuarios, lo que contribuyó aún más al caos vial.

El punto más afectado de la arteria fue la Glorieta de Insurgentes, donde a las 11:00 horas, los camiones articulados ocuparon tres de los cuatro carriles de la avenida.

El servicio también se vio entorpecido por la gran afluencia de usuarios que desbordaron las estaciones e impidieron a lo largo del día que los autobuses cargaran pasaje en los 10 y 15 segundos programados.

El ascenso y descenso de pasaje tardaba entre uno y dos minutos, lo que repercutió en retrasos a la hora de esperar su arribo en otras estaciones, pues hubo paradas en que los usuarios tuvieron que esperar 30 y hasta 40 minutos para abordar un vehículo.

Tanto pasajeros como conductores manifestaron su molestia y desesperación por las irregularidades, los primeros porque padecen la carencia del servicio en tres estaciones del norte que no están terminadas y los segundos por la presión para garantizar un buen servicio.

"¡Déjeme bajar!", gritaba una usuaria al conductor de una unidad descompuesta. "¡Me van a correr de mi trabajo, porque usted no se apura!", increpaba al chofer que no perdió la compostura y pedía apoyo por radio.

Jesús Padilla, presidente de la empresa Corredor Insurgentes, que opera 60 de los 80 camiones del Metrobús, reconoció las irregularidades y pidió paciencia a los miles de usuarios, pues confía en que el servicio mejorará en los próximos 15 días, previstos por las autoridades.

Siete vehículos reportaron averías en su sistema de puertas, a uno se le descompuso la transmisión y uno más, perteneciente a la Red de Transporte de Pasajeros, chocó con un vehículo particular en la zona de San Ángel.